NUESTRA COMUNIDAD
ALGUNAS PALABRAS DE NOSOTROS
NUESTRO PASTOR
23 Junio 2019
En Asamblea de este día, la Comunidad aprobó iniciar el proceso del Concilio, que hizo posible la Ordenación al Ministerio Pastoral, nuestro hermano Mauricio Pino Yáñez, luego de cumplir 2 años como pastor probando.
La Iglesia ha reconocido el testimonio de Mauricio, y su llamado a servir como pastor en la obra bautista, le conocimos con su familia, y su historia como hijo de Dios, y en los últimos años, hemos sido testigos de su empeño por formarse teológicamente y de ser discipulado por otros hermanos mayores, entre ellos, nuestro querido y entrañable pastor Oscar Pereira Garcés, quien nos acompañó desde 2012 a 2019.
Lo que nos motiva como comunidad
Nuestra misión es adorar a Dios, desarrollar la comunión, profundizar en la enseñanza, crecer en la evangelización, y cultivar el servicio al prójimo.
Buscamos ser una Comunidad abierta de creyentes en Jesucristo, que busca encarnar los valores cristianos y compartir el Evangelio, por medio de iniciativas que tiendan a bendecir, acoger y contribuir al crecimiento de toda persona en su relación con Dios, ayudando a construir una sociedad más justa y solidaria.
Nuestros Valores
• Compañerismo • Solidaridad • Alegría
SIRVIENDO A OTROS⸻
NUESTROS MINISTERIOS SON:
† Pastoral
† Adoración
† Educación Cristiana
† Fraternal
† Koinonia
TU IGLESIA EN PROVIDENCIA
Comunidad. Adoración, Educación Cristiana, Compañerismo, Servicio, y Proclamación, son las columnas de nuestro desarrollo eclesial.
Nuestros primeros pasos fueron en una plaza en la comuna de Ñuñoa, con una familia que emprendió los primeros encuentros, en el año 1992.
Fue con el inicio del nuevo milenio, que nos constituimos en una Iglesia, reconocida por la Unión Nacional de Iglesias Bautistas.
Nos establecimos con el ideal de dar a toda persona la oportunidad de crecer y de definir su seguimiento a Jesús.
Asistir y hacerse parte de esta comunidad, significa peregrinar juntos en el camino de la espiritualidad que nos conduce al Señor Jesucristo, nuestro único y suficiente Salvador, la imagen visible del Dios invisible.